(Línea temporal de Evelyne)
“Mi vida es perfecta, tengo unos
hijos maravillosos, tengo un marido excepcional, amo mi trabajo, nada podría
arruinar éste momento” Pensaba Evelyne Gaitán, un año antes de su muerte,
cuando todo parecía marchar de maravilla y su vida estaba alejada de la
oscuridad y las penumbras que la aquejarían durante el fin de su existencia.
Evelyne solía ser una mujer entregada a sus hijos, muy responsable y fiel a su
marido… nunca en su vida había tenido que preocuparse por nada; desde pequeña
era feliz… venía de una buena familia, con padres cariñosos donde lo tenía
todo, donde nunca le hizo falta comida ni amor, donde entendió que en la vida
había más que las cosas materiales y que la felicidad se obtenía dando y
recibiendo cariño. En su adolescencia fue una joven intachable, nunca hizo nada
fuera de lo debido y siempre procuró hacer el bien hacia los demás… quizá… esa
juventud sin errores fue la que la llevó a cometer tantos en su futuro; A
diferencia de cualquier otra persona Evelyne no aprendió de sus equivocaciones,
puesto que rara vez cometía alguna.
Conoció a Alfred Linares en la
Universidad… después de un tiempo de conocerse se enamoraron, se hicieron
pareja, y tras compartir un par de años, se casaron. De ese matrimonio nació su primer hijo que
recibió el mismo nombre que su padre, Alfred Linares Gaitán, un niño de pelo
negro y ojos cafés… el mismo niño que algunos años después cuando era mayor,
retiraría de su nombre el apellido Gaitán y rechazaría a Evelyne como su madre,
causando así una de las tantas catástrofes que se avecinarían la vida de esta.
Dos años después del nacimiento de Alfred,
vendría el segundo, una niña, igual de bella a su madre con ojos miel y pelo
castaño cuyo nombre era Rosa Linares Gaitán. Una niña encantadora, que en unos
años se convertiría en una joven muy emprendedora e inteligente, pero a quien
el destino no le deparaba nada alentador.
Finalmente, 4 años después del
nacimiento de Rosa, el último de los Linares Gaitán nacería, Rodrigo, un joven
con un aspecto físico similar al de su padre, que en un futuro se convertiría
en un muchacho alegre, pero que cuando se salía de sus casillas, perdía el
control y la cordura, llevándolo a
cometer acciones con resultados fatales.
La familia era muy unida, Alfred
respondía muy bien su labor como padre y los hijos rara vez causaban problemas;
era un hogar ejemplar, donde reinaba el cariño y el amor, sin dejar a un lado
las normas y el orden, por ésta razón, la convivencia familiar era maravillosa (O
al menos eso aparentaban).
*****
Era el 13 de Diciembre de 2002,
la familia estaba reunida en su hogar, alrededor de una gran cena, preparada
por Alfred padre, todos reían y disfrutaban, pasando así una noche
inolvidable.
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Me parece increíble que todos estemos aquí,
juntos y felices, gracias familia; gracias madre por darme siempre tu cariño y
tu ayuda; gracias Alfred, mi amor, por ser un esposo tan increíble… gracias
Rosa, Al y Rodri por hacer de mi la
mujer más alegre del planeta, definitivamente mi vida no puede ser mejor.
“Tengo razón, definitivamente mi
vida no puede ser mejor” se repitió Evelyne en su mente. Esa fue la última
noche en la que tuvo un momento agradable con toda su familia, la última en la
que vio sonreír a todas y cada una de las personas con las que ella vivía, fue
la última, puesto que dos días después de ese 13 de Diciembre un integrante de
dicho hogar… fallecería.